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Adaptación de lentes de contacto para todos los ojos
Al igual que las gafas, las lentes de contacto corrigen los problemas de visión causados por errores refractivos. Los errores refractivos son problemas de visión que se producen cuando la forma del ojo, la forma de la córnea o el envejecimiento del cristalino no permiten que el ojo enfoque bien produciendo una imagen borrosa o distorsionada.
Las lentes de contacto pueden mejorar la visión de las personas que tienen los siguientes problemas:
- Miopía (mala visión de lejos)
- Hipermetropía (mala visión de lejos y de cerca)
- Astigmatismo (visión distorsionada)
- Presbicia (cambios en la visión de cerca que, normalmente, suceden con la edad).
Cada día más personas eligen las lentillas como método correctivo de la visión. Las gafas no pueden competir con la comodidad que aportan las lentes de contacto. Lo cierto es que este invento ha evolucionado bastante y ya podemos diferenciar entre varios tipos de lentillas, cada una de ellas más indicada para cada tipo de usuario.
Descubre más sobre las lentillas:
Descubre qué tipo de lente se adapta mejor a tí.
Las podemos clasificar según su material:
La mayoría de las personas prefiere usar lentes de contacto blandas ya que suelen ser más cómodas, fáciles de colocar, se adaptan bien al ojo, son flexibles y existen muchas opciones.
Este tipo de lentilla requiere de un mayor cuidado.
Son más pequeñas, duras y menos flexibles. Las lentillas semi-rígidas son aconsejables para aquellos que producen poca lágrima de manera natural ya que al no tener agua entre sus componentes y no absorberla, no resecan el ojo, convirtiéndose en opción terapéutica para pacientes con ojo seco y pacientes con astigmatismo elevado. Este tipo de lentillas disminuye la probabilidad de tener conjuntivitis.
El uso de este tipo de lentes puede prolongarse hasta 6 meses e incluso años., necesitando un tiempo de adaptación. Dentro de este tipo de lente de contacto, el más común es la lente de contacto rígida permeable al gas.
Éstas ayudan especialmente a personas con astigmatismo y con una condición llamada queratocono. Esto se debe a que proveen una visión más definida que las lentes blandas cuando la córnea tiene una curva irregular.
Las personas con alergias o que tienden a acumular depósitos de proteína en sus lentes también pueden preferir los lentes RGP.
Las podemos clasificar según los defectos refractivos que corrigen:
Este tipo de lentes son específicas: corrigen un único problema refractivo, aunque pueden aplicarse a cualquier tipo de defecto, tanto miopía, como astigmatismo, hipermetropía o presbicia.
Este tipo de lentes suelen estar específicamente diseñadas para corregir la presbicia, o vista cansada. Cuentan con diversas graduaciones en una misma lenta, lo que permite graduar tanto para ver de cerca como de lejos.
Este tipo de lentes se utilizan fundamentalmente para corregir el astigmatismo, y tienen unas características muy específicas. Así, tienen una curvatura particular adaptada a cada ojo, así como una orientación concreta, por lo que deben permanecer en la posición adecuada en el ojo.
De hecho, su fabricación es compleja y personalizada, así como su proceso de adaptación.
Descubre qué tipo de lente se adapta mejor a tí.
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Las podemos clasificar según su uso:
Sencillas de mantener, al no necesitar ninguna solución adicional, vienen en estuches individuales y se deben desechar al final del día.
Es la presentación más higiénica, bastante recomendadas en general por los oftalmólogos. Son especialmente recomendables para personas con un estilo de vida activo, que no disponen de tiempo adecuado para un correcto mantenimiento.
Con un uso recomendado de un par de lentes cada dos semanas (quincenal) o un mes (mensual), es necesario desecharlas y utilizar unas nuevas. Un uso continuado de las mismas lentas, más allá del tiempo prescrito, aumenta el riesgo de infecciones.
Deben ser conservadas y cuidadas con una adecuada limpieza y solución. No se debe dormir con ellas.
El uso de este tipo de lentes puede prolongarse de forma continua durante días o semanas, según modelos y prescripción oftalmológica.
El riesgo de contraer infecciones oculares, al poder dormir con ellas, hace que sean menos recomendadas habitualmente.
El uso de este tipo de lentes es meramente estético. Pueden cambiar el color de los ojos, incluso con efectos de forma. Aunque existen con o sin graduación, es importante que consulte a su oftalmólogo para que, tras una revisión ocular, le recomiende o no su utilización.
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